sábado, 22 de octubre de 2011

Recordando mariposas…

Oh, melancolía la dama silenciosa me visita hoy, trayendo recuerdos de mariposas que ayer Enlacefueron humo como dice Silvio, mariposas revoloteando en nuestra mente, tal vez sea porque me acerco a los treinta y trato de aferrarme al pasado cuando era más joven y bullía de pasión por la vida. La verdad es que hay épocas y personas que te marcan, te hacen crecer, madurar y avanzar, puede que justo la noche más dolorosa también sea la noche en que encontraste a tu mejor amiga, que el amor de tu vida te vio por primera vez a pesar de que ya estaba contigo, pero eras invisible, justo hasta esa noche donde el valor que demostraste hizo que las personas se dieran cuenta de tu valía. No se trata de aferrarse a los recuerdos negativos guardando rencor, sino de verlos desde el crecimiento de la experiencia. Por lo menos mi mejor época me enseñó el valor del perdón y el valor imperecedero de dar amor sin más.

Quizás sea una tontería pero hoy me siento un poco aquella chica, tal vez porque hablé con mis alumnas sobre la amistad, sobre no hacer daño con premeditación o sin ella, porque el mundo se está convirtiendo en una jungla regida por la ley de la sobrevivencia, no interesa a quien se pisa lo importante es subir, lo importante no es la duración de una relación sino el número de conquistas. Pero estas chicas universitarias, con mucho menos fuego que en mi época trajeron irremediablemente imágenes de mi pasado, añoranzas del ayer, contradictorio como la historia, solo que esta vez no cualquier historia sino mi historia…

Tu imagen me llegó

a las seis menos diez

y no pude dormir

ni un instante después:

te confundías con mis sábanas,

te me enredabas en la sien.

Lucías tan real que casi fui feliz,

pero a las seis y diez

me comprendí sin ti:

eran mis solitarias sábanas

y una habitual mañana gris...

Y tú eras mi viento, mas no a favor;

eras mi barca en el pedregal;

eras mi puerta sin tirador;

eras mi beso buscando hogar.

Y tú eras un parto de antigüedad,

maña de un diablo desesperado;

eras espuma de soledad,

carne con llagas de desamor.

Y así fuiste la otra mitad

de amanecer…

Como siempre la guitarra de Silvio rasga sus notas y recoge todo lo que ensamblan las historias antiguas de amor, desamor, amistad, tristeza y soledad pero que su resultado eres tú, que ahora estás leyendo, recordando, reviviendo, también con añoranza pero sin dudas una persona mucho mejor que aquella muchachita delgada y sin mucho estilo, que se quedó grabada hace 10, 15 años en tu ayer…

Qué maneras más curiosas

de recordar tiene uno.

Qué maneras más curiosas

Hoy recuerdo mariposas

que ayer sólo fueron humo

Mariposas, mariposas,

que emergieron de lo oscuro

bailarinas silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa

navecita blanca, delgada, nerviosa

Siglos atrás inundaron un segundo

debajo del cielo, encima del mundo

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,

así eras tú de furibunda compañera.

Eras como esos días en que eres la vida

y todo lo que tocas se hace primavera

¡Ay mariposa!, tu eres el alma

de los guerreros que aman y cantan

y eres el nuevo ser que hoy se asoma

por mi garganta.

1 comentarios:

Ladys Rodríguez dijo...

Me gustó mucho este post, la verdad es que la primera canción la sentí tan mía como si yo misma la hubiera creado o cantado muchas veces.

Un beso grande para tí, te quiere tu hermana Ladys.