lunes, 9 de noviembre de 2009

Saudade para una amiga.

Hay cosas que no quisiera haber sentido y sentí, luego doy las gracias por haberlas sentido porque me sirvieron para crecer, sobre todo porque me recuerdan errores pasados que no quiero cometer, noblezas pasadas que quiero perpetuar y volver a sentir. Hay cosas que dejan huellas, nostalgias, dolor. Hay cosas que no se curan, que no se olvidan y hay otras que parece que siempre están y solo quedan como un regusto lejano de algo pasado, difícil de recordar.

Muchas veces tenemos miedo a tomar decisiones que aunque sabemos necesarias queremos evitar por miedo al dolor, a la soledad, a no volver a encontrar, a no poder creer más. Muchas veces nos aferramos a algo por el simple temor a lo desconocido, a no tener el control de nuestras vidas, por más que sepamos que nos estamos haciendo daño, que la historia no da más, que es hora de voltear la página. Porque sé lo que se siente y lo que duele, porque sé que se puede recomenzar y volver a sentir de nuevo quiero regalarte mis palabras de aliento, así como unas que no son mías pero desconozco el nombre de su autor, pues ha corrido el río desde que las necesité y ya no recuerdo de donde salieron como tampoco tú lo harás después:

No es culpa de la dialéctica que los ríos corran una sola vez y lo que quede no sea ya el mismo río, sean otras aguas las que se deslicen por el mismo cauce y boten los mismos rápidos, otras aguas que acaricien con deleite las mismas orillas para que los sauces eyaculen nuevas lágrimas. Con el tiempo se aprende a definir que es importante y que no, nos damos cuenta una noche que la vida es un tren, que se requiere de valentía para enfrentarla, que si nos montamos y lo echamos a andar o nos detenemos a verlo pasar va a determinar nuestra existencia futura.

Pero no temas que el dolor pasa, el tiempo lo cura todo y nos pone nuevas cosas en el camino, solo hay que tener valor para esperar, valor para luchar y valor para vivir con el saudade. Saudade es una palabra brasileña difícil de traducir en español como hay palabras en español que son difíciles de llevar a otra lengua porque en verdad los sentimientos no tienen idioma ni ideología decimos añoranza, nostalgia y decimos saudade pero hay que sentirlo para saber que es. Besos con saudades para mí amiga pues como dice Miguel Falabella quien nos define la palabra nadie está libre de la saudade, lea entre líneas y confiese que usted también la ha sentido:

Agarrarse el dedo con la puerta duele. Golpearse la cara contra el piso, duele. Torcerse el tobillo, duele. Una bofetada, una trompada, un puntapié, duelen. Pero más duele la saudade. Saudade de un hermano que vive lejos. Saudade de una cascada de la infancia. Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más. Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió. Saudade de una ciudad, de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona. Duelen todas estas saudades. Pero la saudade que más duele es la de quien se ama.

Saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia y hasta de la ausencia consentida. Puedes quedarte en la sala, y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí. Puedes ir para el dentista y ella para la facultad, pero se saben allí. Puedes pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero saben de mañana. Cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe cómo detener. Saudade es básicamente no saber.

No saber más si ella se alimentó bien por causa de esa manía de estar siempre ocupada. Si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a entrar en Internet. Si ella aprendió a estacionar entre dos coches. Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura. Si ella sigue prefiriendo jugo de naranja. Si él continúa sonriendo con aquellos ojitos apretados. Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora. Si él continua cantando tan bien. Si ella continua detestando McDonald’s. Si él continúa amando. Si ella sigue llorando hasta en las comidas.

Saudade realmente es no saber. No saber qué hacer con los días más largos, no saber cómo encontrar tareas que detengan el pensamiento, no saber cómo frenar las lágrimas al escuchar esa música, no saber cómo vencer el dolor de un silencio. Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer. No saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a los amigos. No querer saber si él está más flaco, si ella está más linda. Saudade es nunca más saber de quién se ama, y así doler. Saudade es esto que siento mientras escribo y lo que, probablemente, estás sintiendo mientras lees…