Hoy empiezo con un verso de Silvio la canción favorita de Juanes pues hoy quiero dedicarle este espacio a la inmensidad y nobleza de este artista que no ha escatimado esfuerzos para llenar con su voz mi país, por luchar por la paz en tiempos en que los jóvenes se rinden y no sueñan, demostrando que hay alguien que todavía lo hace por todos. Paz sin fronteras es una idea original: sería un mundo ideal ese en el que todos seamos capaces de respetar el criterio ajeno, de crear espacios donde no existan las fronteras, los muros y las puertas. Donde todos puedan entrar y salir, decir lo que piensan, donde simplemente puedas ser tú.
Juanes demuestra que estamos en tiempos de amor y de esperanza que los vientos de cambio están por venir. Juanes Cuba te espera soñando que se cumplen los sueños de Martí los pueblos se dan la mano como hermanos, en esa plaza donde se abrazan dos de los hombres más grandes de América.
Esos los que tienen miedo y gritan por una paz construida desde sus preceptos donde no existe el perdón, donde el rencor les recome las entrañas no podrán olvidar el derroche de amor que te dará esta cálida isla. Cuba te espera y desde ya te quiere, lo verás en la sonrisa del pueblo, en la alegría que nos caracteriza y en la fiesta de la muchedumbre que no escatima ante el sol o el calor de este septiembre. Me despido con la letra de la canción de Silvio que seguro escucharás de su voz el domingo:
En estos días, todo el viento del mundo sopla en tu dirección
La osa mayor corrige la punta de su cola
Y te corona con la estrella que guía: la mía
Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas
La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles
Las flores te maldicen muriendo, celosas
En estos días no sale el sol, sino tu rostro
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos
¡Ay!, de estos días terribles
¡Ay!, de lo indescriptible
En estos días no hay absolución posible para el hombre
Para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega
Ese animal remoto que devora y devora primaveras
En estos días no sale el sol, sino tu rostro
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos
¡Ay!, de estos días terribles
¡Ay!, del nombre que lleven
¡Ay!, de cuantos se marchen
¡Ay!, de cuantos se queden
¡Ay!, de todas las cosas
Que hinchan este segundo
¡Ay!, de estos días terribles
Asesinos del mundo.
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